28/09 Dumas - Ruta 66

Al ladito del hotel tenemos el museo nacional de la ruta 66. No el provincial, el del condado, el de la pedania, el del pueblo vecino o el de la calle de al lado, no. El nacional.




Así que si este es el nacional, miedo me da el del barrio. Porque apenas hay nada de interés. De entrada, la mayoría de las cosas se pueden ver sin pasar por caja. Me explico: el museo está formado por varias casitas a las que se puede acceder desde la calle, no es un recinto cerrado. En 3 de ellas te piden la entrada.

En el resto... bueno, es que no se puede entrar. Abres la puerta y hay un cristal que no deja entrar pero deja ver.




En la foto de arriba se ve una parte de la casa (de pago) principal. Poco más hay que lo que se ve en la foto...

En la foto de abajo está lo que se ve si miras desde la puerta de la casa que simila la escuela




Y en el edificio que simula la estación del tren, está este maniquí sacado de una peli de miedo. ¿Sabéis lo que tiene delante? No, claro, porque no teneis un hermano que sabe morse, como yo.

Es un telégrafo, el whatsapp de entonces.




La verdad es que para los 10 dólares que te cobran, no vale la pena. Hay más cosas de cómo se vivía hace años que cosas de la ruta en sí. Aunque claro... ¿qué te van a enseñar? ¿Gasolineras? Ya las ves por el camino, por ejemplo esta que encontramos un poco más adelante.




Otro ejemplo de cosas que van saliendo al amparo de esta carretera es esta enooooorme cruz. Dicen que se ve desde muy lejos, aunque debe costar porque está rodeada de molinos de viento. Como digo, muy bonita y tal, pero no te olvides de visitar la tienda de recuerdos...




Otra gasolinera. Esta tiene algo especial. No sólo porque ya estamos en Texas, sino porque es la primera que vimos en la ruta hace 3 años. No funciona, es sólo decorativa (y publicitaria, que para eso tienen el cartelito).




Donde también estuvimos y queremos repetir es el Big Texan Ranch, un restaurante donde todo es al estilo Texas, o sea, grande. Enorme. Everything is bigger in Texas.




Aquí podéis ver parte de la cocina y del comedor. El tío que está sentado en la mesa sobre la tarima, con mantel de vaca, está participando en el reto del filete de 72oz gratuito. En la pared se ve el cronómetro que marca el tiempo que le queda.




Para no pagar (que son 50 dólares, tampoco es tan caro...) tiene que comerse lo que veis en la foto en menos de una hora. Datos: sólo el filete pesa 2 Kg y el récord está en 4 minutos. CUATRO.




La verdad es que me tienta probarlo... Si no te lo acabas, te lo ponen en un tupper y te lo llevas... Pero me da miedo forzar y que una indigestión nos fastidie el viaje, así que me pido este otro que está buenísimo. ¡Qué carne tienen en Texas!




En los pasillos del restaurante veo unos cuadros que me hacen acordandome de las románticas fotos de perfil que pone cada semana en facebook mi gran amigo Luis...

Hemos leído que hay un trozo de calle en Amarillo TX que está bien y que vale la pena. La recorremos dos veces en coche y sólo nos sirve para hacer una foto al cartel de la ruta 66. Bueno, vamos a ver como es Amarillo ya que estamos aquí.

A los del country os sonará por la canción Amarillo by morning de George Strait. Preciosa canción. Pero dime, George ¿qué coño coño le viste a Amarillo? Qué ciudad más triste, George. Mira que hay sitios bonitos para hacerle una canción. Page AZ, por ejemplo. Ya te vale...

Otra de las atracciones de la mother road (la llamo así porque de algo me tiene que haber servido los 10 dólares del museo "nacional") es esta torre inclinada. Bueno, en esta no hay tienda de recuerdos ni nada. Es gratis. La ves, le echas la foto y sigues. Que conste que la construyeron así a propósito para dar publicidad a la ciudad, está diseñada para que sea estable.




Para mí, lo mejor es ir descubriendo pequeños lugares con el encanto del paso del tiempo.




Antes del restaurante vimos el Bug Ranch, pero os lo pongo ahora para que compareis. En este hay Volkswagen clavados en tierra como copia del Cadillac Ranch que está un poco más adelante.




Una de las cosas que más me gusta de hacer turismo viajar por Estados Unidos es que no encuentras mucha gente. Tal vez en la costa oeste sí, por el Gran Cañón y sitios así. Pero por aquí aparcas en la puerta siempre (incluso en el Bluebird Café), no haces colas y no tienes agobios. En el Bug Ranch, por ejemplo, estuvimos solos. En el Cadillac Ranch había algo más de gente, pero ninguna exageración.







Último día en la Ruta 66 y último día que no tenemos hotel reservado. Encontramos uno a una hora de coche de Amarillo (eso que nos ahorramos mañana, que tenemos mucho) que no pinta mal y allá que nos vamos.

Por la carretera vemos que se ven un montón de estrellas. Paramos a echar un vistazo y el destino quiere que veamos pasar la ISS (Estación Espacial Internacional, segunda cosa más brillante en el cielo después de la luna) como si fuera una enorme estrella fugaz. Cuando voy a pedir mi deseo veo que no hace falta. Lo tengo al lado, mirando las estrellas.

Juan Carlos