24/09 Branson - Raiding the country vault

Ancha como es Norteamérica por dentro y nos toca una vía de tren de mercancías al lado del hotel. Por suerte hemos podido dormir tranquilos. Por suerte y porque he desconectado la mininevera de la habitación, que por el ruido que hacía debe llevar un motor V8 turboalimentado.

El desayuno de los hoteles va empeorando... En este, además de la poca variedad, no hay ni sitio para sentarse. Una mesa (¡una!) y dos sillas (¡dos!). ¿¡Pero esto qué eeeeeeeeeeees!?

Reconoce que lo has leído con la voz de Mauricio Colmenero... Total, que nos llevamos el desayuno a la habitación.







Nos quedan unos pocos kilómetros hasta Branson, MO. Prácticamente no hay rectas en el camino, de hecho hemos visto una y hemos parado a hacerle una foto. Aquí Alan disfruta más sin el control de crucero y hasta nos mareamos un poco porque además de curvas la carretera sube y baja.







Esto es precioso. De verdad. Es como estar en una de aquella antiguas series americanas, tipo En ruta, Los Duques de Hazzard o cualquiera de rednecks.

Rednecks (literalmente cuellos rojos) es un término utilizado para referirse a los granjeros que por aquí viven y que habitualmente se les tacha de brutos e incultos.







La caricatura habitual los dibuja con los dientes mal puestos, vistiendo un peto tejano, gorra de rejilla, una bandana colgando del bolsillo trasero y escupiendo. Por ejemplo en los Simpsons es esa pareja que tienen un montón de hijos y comen los animales que atropellan en la carretera. Quitando lo de los dientes, aciertan bastante. ¡Como escupe esta gente!







Algunos detalles de las carretera, que seguro que sabéis de años anteriores:

Así como allí todas las líneas son blancas, aquí hay una amarilla. Y siempre ha de estar a la izquierda del que conduce. O sea, si la raya amarilla está enmedio de la carretera, es que es de doble sentido.







Otro detalle es que cuando un autobús escolar se detiene a recoger o dejar a un crío, todos los carriles deben pararse.

Dañar a un trabajador de la carretera implica retirada de carnet y una fuerte multa.







Los semáforos están pasado el cruce, así se ven mejor. Se puede girar a la derecha con el semáforo en rojo, sin tener preferencia, a menos que se indique lo contrario.

En los cruces con STOP todos tienen STOP (a menos que se indique lo contrario). Así que todos se paran y se pasa en orden de llegada.







Por el camino vamos parando a disfrutar de esas pequeñas cosas que no salen en las guías de viaje pero que son la realidad de un país, como rinconcitos idílicos o mercadillos en la puerta de las casas.

Para comer no hay mucho donde escojer, pero vemos un Wagons wheel que nos recuerda al de nuestra querida Sandra. No sabemos si será una cadena, pero paramos aquí. Y, la verdad, no está mal.







Hamburguesa, patatas fritas... Mi elección es menos variada que los desayunos de los moteles, pero está mucho más buena.







Seguimos hasta Branson MO. Hoy culmina nuestro peregrinaje en la ruta Billy Yates. Bueno, empezó ayer, así que somos fans pero normalitos.

Dejamos las cosas en el hotel, descansamos un poquito y nos vamos al The Mansion Theatre, que es el lugar donde actúa Billy dentro de Raiding the country vault.







A la llegada preguntamos por él. Nos ha dicho que estemos aquí a las 7pm pero no sabemos donde encontrarle. Nos juntan con un grupito de 4 personas más y nos acompañan al backstagea la parte de atrás del escenario. Allí nos reencontramos con la amplia sonrisa de Billy y su aún más grande corazón.

Nos presenta a las otras 4 personas, que son su primo y demás família. Cruzamos cuatro palabras y nos llevan a nuestros asientos, que nos ha guardado Billy y que son los dos centrales en primera línea. Wow!

El nombre del espectáculo significa, en una traducción algo libre, "recorriendo el baúl de los recuerdos del country". Desgrana algunas de las canciones míticas a lo largo de la música country, desde Loretta Lynn (¡esta vez sí!), George Jones, Hank Williams, George Strait, ... En las pantallas del fondo van saliendo anécdotas y datos sobre las canciones y cantantes.

Hay cambios de vestuario a cada momento, una cuidada puesta en escena y unos grandes músicos.

El guitarrista, Colt Prather, es demoledor en el escenario, mide unos 2 metros y tiene la espalda como un armario de Ikea pero ya montado. En sus manos la guitarra parece un juguete.











































Durante una de las canciones, Billy baja del escenario y pasea entre el público. Se acerca directamente a Ingrid para darle la púa que ha utilizado.







Detalle para fans: la chaqueta que lleva en la foto de encima es la que lleva en la portada de su CD Harmony man.







Seguro que nunca lo habíais visto vistiendo traje... Aquí interpreta a Kenny Rogers cantando Islands in the stream junto a Danielle Peck como Dolly Parton.







Este (de arriba) es Colt Prather. Una bestia escénica.



















Y este último es Michael Peterson, quién recordaba hacer actuado en Barcelona el año 2009, incluso el nombre del dueño del local donde actuó, el gran Nashville. Hizo un cameo en la serie Walker: Texas Ranger. ¡Un gran tipo!

Termina la actuación y todos los artistas salen a la entrada a firmar autógrafos y a hacerse fotos. Nosotros no podemos ser menos.







Les perseguimos para que nos firmen el tríptico donde anuncian el espectáculo. Todo el mundo nos recibe con una sonrisa y nos trata con una amabilidad y familiaridad impresionante, parece que estemos en una representación de un teatro de barrio pero estamos en un espectáculo que en doce semanas ha subido al puesto n°4 en Tripadvisor.

Incluso el resto de espectadores nos trata con cercanía y nos mira con curiosidad. Y es que cuando Michael Peterson ha presentando a toda la banda, ha explicado de Billy que ha compuesto para la mayoría de los grandes, que ha sido nominado dos veces a los premios Grammy y que en Europa es tan famoso que han venido dos amigos a verle desde España... y venga a apludirnos la gente...

Cuando ya no queda nadie en el teatro, Billy nos invita a ir a comer algo al Applebee's de Branson. Vamos hasta allí y... ¡esto está a tope! Nos juntamos allí con todas la banda y sus familiares. Creo que no somos conscientes del lujazo que esto supone.

Convivimos con ellos, bromeamos, nos prometen visitas a Barcelona, intercambiamos anécdotas... No hago ni una foto, ya no están en el escenario. Respetaré la confianza que nos dieron, de igual manera que tampoco contaremos muchas cosas que hablamos con Billy porque existe una raya que separa la admiración como artista y me gusta diferenciar mucho ambas facetas con él.

Por eso tampoco hay foto de la cena, y eso que estaba buenísima... Tal vez repitamos otro día para poder enseñarosla. De momento, nos despedimos de Billy y nos vamos al hotel...


Juan Carlos