19/09 Nashville - The Bluebird Cafe

No tiene pinta de que volvamos nunca a Knoxville TN. Lástima de lluvia... En fin, 300km nos separan de Nashville. Si eres alguien en el mundo del country, estás en Nashville. Nosotros no somos nadie, pero allá vamos...

Pero antes, hay que desayunar. Joder ¿más gofres? Es lo que hay. El primero no sale bien, no se cuece y se queda hecho migas. No pasa nada, me hago otro. Sí que tarda en pitar la máquina... Otro que sale mal, qué raro... ¡Vaya! Resulta que la anterior usuaria de la máquina de hacer gofres la había apagado...

Mientras espero que se caliente inspecciono lo que hay por ahí y decido probar un azúcar aromatizado que he visto en un montón de sitios. Así soy yo, de espíritu aventurero. Y goloso, eso también.

Son dos tipos de azúcar con sabor a vainilla y avellana. Parece que lo usan para el café, pero yo se lo pongo al té, solo se vive una vez... Y está bueno! Claro que a mi, si está dulce, ya me gusta.




Hacemos los 300km de una tirada. ¡Tenemos prisa por llegar a Nashville! Después de pasar por el hotel, nos vamos a The Nashville Palace a comer una hamburguesa y escuchar algo de country en directo.




En este local trabajó de friegaplatos el gran Randy Travis, que actualmente pasa un momento muy delicado de salud.




Los músicos que actúan en los locales de Nashville no cobran. A no ser que sean súperfamosos. Viven de las propinas, así que les gusta mucho quedar bien con el público, preguntarles de donde son y aceptar peticiones. Como no, Choices que cantó como nadie George Jones y que compuso Billy Yates.

Justo al lado está el museo de Willie Nelson. ¿Os he dicho que cuando lo vimos en concierto me tiró su bandana? Mucha púa de Brad Paisley, pero yo tengo la bandana (sudada) de Willie Nelson. Chúpate esa, Ingrid.




Aquí sí que me hubiera comprado muchas camisetas. Impresionante. Pero el bolsillo no da para todo. Pasamos por el hotel a coger un jersecito anti-aireacondicionado y nos vamos al Bluebird Café, local mítico y mínimo.

Mítico porque es donde han empezado muchísimos famosos en las sesiones de micros abiertos, como la de hoy, donde vienen a cantar amateurs. Además, desde que sale en la serie Nashville (solo apta para amantes del country), su popularidad ha aumentado.

Mínimo porque es pequeñito. Más de lo que se ve en la serie. Caben 90 personas y te sientas donde te dicen, compartiendo mesa.




La cola es enorme y no entramos... así que nos vamos a tomar algo por los alrededores. Más tarde volveremos a hacer cola para entrar a medida que va saliendo gente. Aunque nos perdemos la sesión de micros abiertos, lo que realmente me interesa es el concierto que hay después: Mike Henderson. Uno de los mejores guitarristas del mundo, con tres nominaciones a los Grammy y habiendo tocado con Mark Knopfler, Tim McGraw, Waylon Jennings, etc. Ha compuesto canciones para Adele, The Dixie Chicks, Kenny Rogers, Daryl Worley, Patty Loveless, Travis Tritt, Trisha Yearwood, The Fabulous Thunderbirds, Soloman Burke, Marty Stuart o Randy Travis entre otros. Lleva tocando en el Bluebird todos los lunes de los últimos 25 años.

Después de un buen rato en la segunda cola, nos toca. Nos advierten que se paga entrada en metálico y que además hay consumición mínima. Si le sumas que nos compramos camiseta... Mejor no pensarlo.

Mike Henderson es muy bueno, pero la banda está a la altura. El pianista es fabuloso (también tiene nominaciones a los Grammy). El batería lo vive con una intensidad inusitada (para los de la LOGSE: lo flipa).

No entiendo como un músico con su talento y currículum puede estar así... a no ser que sea porque prefiere actuar en locales pequeñitos. Le hemos visto llegar y marcharse con un cochecito normal y corriente, cargando sus instrumentos...

Nada más llegar, se ha ido al final de la cola y a las dos ultimas personas las he hecho pasar y las ha sentado en primera fila. Muy tierno el gesto, excepto si eres alguna de las dos personas que estaban antes y no han entrado por culpa de eso...




Como no, me hago una foto con el segundo mejor guitarrista del mundo. El primero se llama Kiku y es mi suegro.




Para los poquísimos fans de la serie Nashville, que sepais que solo grabaron aquí el primer capítulo. Luego construyeron una réplica exacta, calle incluída.

En la mesa coincidimos con Greg y su adorable esposa. Una pareja de Denver (Colorado) encantadora. Otra muestra más de la increíble amabilidad estadounidense, que hace que no salgamos bien parados en la comparativa. Hablamos de música country, de donde está España y no dudan en darnos una tarjeta con sus datos para ofrecernos cualquier tipo de ayuda cuando estemos en Colorado.





Thanks, Greg! You are so nice!

¡Una noche increíble! Blues buenísimo, gente encantadora (aunque siempre llevo conmigo la mejor compañía del mundo)... incluso lo acompañamos con una copita de vino blanco y un chupito de Jack Daniel's Fire (con gusto a canela) que está de putísima madre escandalosamente delicioso.

Vivir es algo maravilloso.

Juan Carlos